Which town?
Actually, three large CITIES in which three of our Visitation Monasteries are located: Washington DC, New York City (Brooklyn Visitation) and Philadelphia!
You might be wondering- so, are the Visitandines going to see him?
Some, yes!
Some of the Georgetown Sisters will go to the Mass in Washington, 6 Brooklyn Sisters to St Patrick’s for the Vespers Service with religious, in Manhattan, with the permission of the Bishop, and as for the Philadelphia Sisters, we haven’t heard, except that we WILL be represented by our Minneapolis Sisters in Philly, who are doing the incredible LONG DRIVE!
The best part is that Pope Francis knows the Visitation Sisters very well, from the time he was Cardinal in Argentina. He visited and served our Sisters in Buenos Aires many times and even helped them to move to their new location in Pilar.
This is how they tell the story:
¡Por caridad, cuando digan el nombre del nuevo Papa, NO GRITEN! Cuánta emoción contenida, con la boca a duras penas cerrada, la espera se hacía eterna. El Director Nacional de la Guardia también debía estar pendiente de la pantalla, porque no llegaba para la Misa. Para aumentar los nervios la computadora tenía buena imagen pero el sonido se cortaba a cada paso; nuestra Madre Federal instaló su computadora en la sala de al lado; la imagen no era tan buena pero se escuchaba bien. Así es que nos pasábamos haciendo una medialuna corriendo de una computadora a la otra para ver en una y escuchar en la otra. Por fin, aparece el Cardenal Tauran; nuestra Madre repetía: por favor, no griten. La voz del Cardenal: “Habemus Papam, Georg….” Ay, el anuncio se cortó en mitad del nombre. “Ahhh, se congeló el Cardenal con la boca abierta, parece que salió un norteamericano –decía una Hermana-, se llama George. ¡¡Vamos a la otra computadora!!” Todas en tropel a la salita Federal: “¿¡Madre mía, QUIÉN ES!?” y nuestra Madre Federal: “¡Bergoglio! ¡¿Qué?! Y ¡¿cómo se llama?! Jorge Mario.” “¡No puede ser!…..” Nadie gritó; de la sorpresa sólo se nos cayó la mandíbula, sencillamente no lo podíamos creer. Avisamos a quienes estaban en el locutorio; se abrazaban todos, lloraban, se felicitaban. El teléfono empezó a sonar sin parar. Verlo aparecer en la Logia vestido de blanco fue recién el comienzo del aterrizaje. Era el mismo que venía al locutorio a darnos conferencias sobre San José, sobre la oración de Abraham; el que nos encargaba labores y pagaba tres veces más de lo que le pedíamos, así siempre, cercano, generoso. Nos parecía volverlo a ver con sus novicios jesuitas, ayudándonos a cargar los muebles en los camiones de mudanza cuando nos trasladamos de Buenos Aires a Pilar. Una anécdota de los años 80: cuando llegamos al nuevo Monasterio, no había cerraduras, ni picaportes y, en algunos lugares, ni puertas; un día nuestra Hermana cocinera, ve venir, por el lado por el que entraban los obreros, a un sacerdote que entra en la cocina y le dice muy amablemente: “Hermana, por favor, avísele a la Madre que está el Padre Bergoglio y que le trae una postulante”. Nuestra Hermana salió más que volando a buscar a nuestra Madre que, al enterarse, no cabía de la alegría pensando que llegaba la primera postulante a estrenar el noviciado de Pilar. Qué sorpresa se llevó cuando se encontró en el locutorio al P. Bergoglio esperándola con una enorme bandeja en la que dormía (ya con el sueño definitivo) una chanchita del criadero de los jesuitas…Así era él.
Nos levantamos muy temprano para poder seguir en directo la Misa del 19 de marzo. Frente a la Catedral de Buenos Aires, miles de personas, en su mayoría jóvenes pasaron la noche en oración por él. A las 3 de la
mañana, los sorprendió por los altoparlantes la voz del Papa en una llamada telefónica: “¿Qué hacen ustedes levantados a esta hora?”. La alegría era la nota dominante.”
To paraphrase briefly the above: The Sisters were quite shocked on March 13 2013 when Pope Francis was elected! Their phone kept ringing. The new Pope was the same Cardinal who came to their Monastery to give them conferences about St Joseph, about the prayer of Abraham, always very generous to them. When they were moving to Pilar from Buenos Aires, Fr. Bergoglio came with his Jesuit novices to help them load the moving trucks with the furniture.! And when they had begun to settle into the new Monastery, still very incomplete, Fr. Bergoglio came to the door, jokingly bringing them a postulant, some pork on a tray for their meal!